Aquí podemos ver el bautizo de los caciques de Tlaxcala, que por cierto es una gran e inigualable pintura y hoy en día perdida.
El arte tuvo gran desarrollo en Europa durante
la época de la conquista, y para varios de los conquistadores españoles era
prioritario representar sus triunfos mediante las bellas artes. Hacia 1538, llegó el primer pintor español a Nueva España,
llamado Rodrigo de Cifuentes y probablemente ficticio. El trabajo de Cifuentes
consistió en decorar varios conventos de Tlaxcala y plasmar con su arte la
conversión de los principales señores tlaxcaltecas al cristianismo, en una
pintura hoy perdida e intitulada "El bautizo de los caciques de Tlaxcala", en lo que fue
considerado el convento más antiguo
de América.
Otros
pintores notables de esa época fueron Francisco de Morales, Francisco de
Zumaya, Andrés de la Concha y Juan de Arrúe. Pero el más notable del siglo XVI
novohispano fue, sin duda, el flamenco Simón Pereynsse asentó en Nueva España desde 1566, y junto a los pintores antes mencionados formó
un grupo cultural que predominó en la pintura novo hispana hasta 1620. La pintura religiosa fue la más recurrida en
el siglo XVII, y gran parte de ella se encuentra en el Museo Nacional en Tepotzotlán.
Los más
notables pintores fueron José Ibarra, los vascos Echave y Cristóbal de
Villalpando. Hacia la mitad de
tal siglo, surgió Miguel Cabrera, conocido retratista que plasmó en sus cuadros
varias escenas de la vida cotidiana en Nueva España, retrató además a Sigüenza
y a Sor Juana. Nicolás Rodríguez Juárez, otro pintor de la época, solía
retratar a virreyes, arzobispos, obispos, corregidores y potentados. Con el
auge de los movimientos de independencia, la pintura adquirió un toque
nacionalista que perduró hasta entrado el siglo XX.
OK, lo vimos durante su esposición
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